La pena del mendigo se basa, en su mayor parte, en el anhelo de todo lo que supuestamente no puede poseer.
Sí, nos dicen que con esfuerzo y tesón todo se puede conseguir. ¡Mentiras!
¿Es acaso el letargo espiritual (no en el sentido religioso) un handicap para nuestra satisfacción?
Nunca jamás la felicidad ha honrado a los hombres con su presencia.
Podemos buscar el amor, la fortuna, la realización personal... ¡Mentiras! Incluso la muerte, si la deseamos y clamamos su ayuda, nos rehuye.
Todo son mentiras. ¿Vivimos en un mundo real? ¿O es un mundo distinto para cada persona, según como ésta lo viva?
La sal escuece en las heridas.
Y recuerda: visit New York City.
El mundo cada cual lo vive a su manera, todos actuamos y pensamos de forma diferente, la verdad que si todos actuasemos igual creo que sería un aburrimiento
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